Los investigadores analizaron el impacto de la temperatura del agua, el viento, la lluvia y la radiación solar en las larvas del pez Doncella (Pomacentridae) de la isla Lizard, en el extremo septentrional de la Gran Barrera, en el noreste de Australia.
"Cuando la temperatura del océano supera los 28 grados Celcius, se ralentiza el ritmo del desarrollo de las larvas", comentó el autor de este estudio, Ian McLeod, de la Universidad James Cook.
El coautor de la investigación, Mark McCormick, señaló que "la observación de los efectos adversos sobre el rango de la tempratura diaria actual aumenta las preocupaciones en torno a los serios efectos negativos que se producen cuando la temperatura del océano aumente con el cambio climático".
La mayoría de los peces marinos atraviesan por una etapa de desarrollo larval en mar abierto, período en el cual son más vulnerables a sus depredadores, según un comunicado de la australiana Universidad James Cook.
"Un crecimiento rápido durante la etapa larval contribuye a que tengan una mayor ventaja de supervivencia porque se pueden desarrollar más rápido para salir con mayor rapidez del ambiente peligroso", indicó McLeod.
Los investigadores también notaron que existe un gran nivel de variabilidad en el desarrollo de las larvas en relación a la temperatura y otras condiciones climáticas, lo que puede indicar que "algunos peces están progresando y pueden pasar sus genes a las futuras generaciones", agregó el autor del estudio.
FUENTE: Informador
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