El problema siempre es el mismo, salir a pasear con los animales
domésticos, despistarse unos minutos y al poco tiempo los efectos del
veneno, que se encuentra en trozos de embutidos repartidos por el campo,
comienzan a realizar sus efectos.
Hay muchos animales que han muerto tras ingerir estos embutidos con veneno, otros consiguen superar la fuerte dosis de plaguicida.
En la localidad pacense de Barbaño lleva repitiéndose este problema desde hace meses. Cerca de una veintena de animales domésticos han muerto por ingerir este tipo de trampas repartidas por el campo.
Según informan desde el SEPRONA de la Guardia Civil, estas prácticas son un delito importante, penado con hasta dos años de prisión.
Desde este cuerpo de seguridad hablan de dos hipótesis, una relacionada
con el deseo de hacer daño a este tipo de animales y otra con la
delimitación de los cotos de caza, donde ponen este producto para
aplacar a las alimañas.
En concreto el veneno con el que se rocía este producto es muy tóxico
y puede ser muy problemático también para los seres humanos. Era legal
hasta hace unos años y aunque ahora no lo es por su alta toxicidad, aun
quedan personas con existencias.
Una afectada por este delito es Elisabeth Sánchez, contaba a la SER
Extremadura que tras sacar a pasear a su mascota llegó en mal estado a
su casa, aunque al final con una rápida actuación y ayuda veterinaria consiguió salir adelante.
Desde el SEPRONA piden a los ciudadanos que se denuncien casos como estos.
FUENTE: Cadena Ser
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