En 2007, los furtivos acabaron con la vida de 13 rinocerontes
sudafricanos para traficar con sus cuernos. En 2014, estos cazadores
ilegales mataron a 13 rinocerontes cada cuatro días, hasta sumar un
sangriento récord de 1.215 cadáveres.
Un aumento del 9.200% en siete
años que sirve para ilustrar las dimensiones de la masacre. El año
pasado, el número de muertes no creció por primera vez desde que se
desató esta crisis, según los datos que acaba de ofrecer el Ministerio
de Medio Ambiente de Sudáfrica. Los 1.175 ejemplares muertos en 2015 dan
un mínimo respiro en forma de frenazo en la matanza de uno de sus
animales más emblemáticos.
"Tengo el placer de anunciar que, por primera vez en una década, la
situación de la caza furtiva se ha estabilizado", anunció la ministra
del ramo, Edna Molewa. La importancia de este dato radica en que más del
80% de la población de rinocerontes de todo el continente habita en
Sudáfrica, casi 20.700 de los 25.000 que se contabilizaron en el último
censo oficial de 2010. De los 1.175 animales muertos, nada menos que 826
fueron cazados por los furtivos dentro del mítico Parque Kruger, donde
se detuvo a 317 cazadores en ese periodo.
Según Molewa, se trata de una "muy, muy buena noticia y un gran
motivo de optimismo" dada la escalada de la caza furtiva en las áreas
protegidas, teniendo en cuenta que se ha producido un aumento del 10% en
el furtivismo en el Kruger (PNK).
Además, la ministra ofreció datos de
un nuevo censo de la población de rinocerontes en los parques nacionales
de Sudáfrica, donde sigue siendo estable: en el de Kruger, se
manitienen de 8.400 a 9.300 rinocerontes blancos.
Sin embargo, y a pesar del optimismo ministerial, este frenazo no
alivia una situación muy alarmante, dados los números y que el problema
se ha extendido por toda la región. Mientras en Sudáfrica se reducía un
3% el número de muertes, en Namibia y Zimbabue creció un 200%, con 130
ejemplares abatidos entre los dos países, según lamenta WWF,
que considera que las cifras siguen siendo "inaceptablemente altas".
"Necesitamos desesperadamente esfuerzos internacionales coordinados por
la policía y otras agencias para combatir a las organizaciones
criminales en todo el sur de África y más allá", reclamó el responsable
de WWF para los rinocerontes sudafricanos, Jo Shaw.
Sudáfrica ha explorado todas las posibilidades para frenar la matanza y ya se están explorando medidas desesperadas, desde llevárselos a otros países como la apertura de un mercado legal de cuernos
que reduzca los incentivos de los furtivos.
Precisamente, ayer un
tribunal sudafricano tumbaba la moratoria para comerciar legalmente con
estos cuernos en el interior del país, a pesar de la oposición del
Gobierno y de las organizaciones conservacionistas como WWF que temen
que sirva para facilitar el comercio ilegal hacia el exterior,
esencialmente Vietnam y China, donde se encuentra el verdadero mercado,
el de la medicina tradicional.
Allí se lanzó la semana pasada una
campaña en la que recordaban a la población que los cuernos de
rinoceronte no han probado ninguna utilidad terapéutica y que tienen la
misma composición que las uñas humanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario