Mahe es un labrador negro que, tras seis meses de entrenamiento para
acompañar a niños con autismo, se ha convertido en el mayor apoyo para
James Isaac, un niño de 9 años con esa enfermedad.
James, que rechaza todo tipo de contacto con su familia, no se separa del perro ni si quiera durante sus visitas al hospital de Wellington, en Nueva Zelanda, donde acude periódicamente para hacerse pruebas. La imagen de la última de estas visitas, con Mahe tumbado en la cama junto a James, se han convertido en una foto viral tras publicarse en el medio local stuff.co.
James, que rechaza todo tipo de contacto con su familia, no se separa del perro ni si quiera durante sus visitas al hospital de Wellington, en Nueva Zelanda, donde acude periódicamente para hacerse pruebas. La imagen de la última de estas visitas, con Mahe tumbado en la cama junto a James, se han convertido en una foto viral tras publicarse en el medio local stuff.co.
Durante el tratamiento, la madre del pequeño recuerda como tras la anestesia Mahe no dejaba de mirar a James. "Se le veía realmente preocupado", añade.
Su madre y otros familiares reconocen que la llegada de Mahe ha cambiado radicalmente a todos en la familia y lo que antes era una estresante y angustiante salida para cualquier cosa, ahora es algo más normal.
La presencia del perro hace que James se sienta más seguro y evita los ataques de pánico y ansiedad. "Para los que alguna vez tuvieron dudas, una vez más queda demostrado que el perro es el mejor amigo del hombre", concluye la publicación.
FUENTE: El País
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