Uno de los delitos más silenciosos y que más daño causa al medio ambiente es el tráfico de fauna silvestre. Con
el objeto de ser comercializados o utilizarse como mascotas, anualmente
cientos de especies son separadas por el hombre de su hábitat natural,
perjudicando gravemente a estos animales y al funcionamiento natural de
los ecosistemas.
Este lunes, la Secretaría de Ambiente de Bogotá reportó que el
centro de fauna silvestre de Bogotá recuperó 418 animales que
traficantes de estas especies intentaron ingresar ilegalmente a la
capital del país durante el mes de enero. Según los
funcionarios encargados de los operativos, el intentar acoplar a los
animales a un clima y un lugar no adecuado puede llegar incluso a
causarles la muerte.
“En enero la Administración Distrital
recuperó 312 aves, 7 mamíferos, 74 reptiles y 25 invertebrados a los
cuales los ciudadanos pretendían entrar a Bogotá en su mayoría para ser
comercializados”, indico la directora de control ambiental de la
Secretaría Distrital de Ambiente, Andrea Cortés.
Cortés manifestó que la autoridad ambiental
de Bogotá ha dispuesto varios puestos de control, especialmente en el
Aeropuerto ElDorado y en los dos terminales de transporte de la ciudad, puesto que son los lugares claves en pueden que evitar que las diferentes especies ingresen a la ciudad.
Asimismo, la funcionaria aseguró que “las penas para el tráfico de animales están entre 48 y 108 meses de prisión, además de generar multas y sanciones que van entre 1 y 35 mil salarios mínimos mensuales legales vigentes”.
La
Secretaría de Ambiente invitó a los ciudadanos a denunciar este tipo de
hechos en el teléfono 3 77 89 17, a través de la página web de la
entidad: www.ambientebogota.gov.co, escribiendo un correo a la dirección
fauna@ambientebogota.gov.co, o en las redes sociales de la Secretaría.
Durante 2015, la Secretaría de Ambiente de Bogotá reportó la recuperación de 2.737 animales silvestres. Del total recuperado, 1.879 eran aves, 93 mamíferos, 589 reptiles, 23 anfibios y 125 invertebrados.
FUENTE: El Espectador
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