Científicos del todo el mundo analizan la vertiginosa desaparición de
las estrellas de mar, de las que se teme se hayan extinguido ya algunas
variedades, mientras que algunas han perdido prácticamente su capacidad
reproductiva, ante el embate de un “densovirus” que se propagó,
presumen, en base al calentamiento de los mares.
En
toda la costa del Pacífico, donde se descubrió e identificó el
problema, las poblaciones de estrellas de mar han desaparecido
totalmente o se han visto diezmadas, por una enfermedad que en pocos
días les consume literalmente sus brazos y mueren. Una infección a
partir de un denso virus aparece como la causa principal según estudios
de científicos de la Universidad de Cornell, quienes entienden que la
patología suele ser causa mortal habitual de estas especies, pero ahora
se presentó en condiciones mucho más potentes.
“Creemos
que la expansión y magnitud del problema en nuestras aguas se debe a la
temperatura: sabemos que cuando las temperaturas son más altas, las
estrellas de mar mueren más rápidamente y los océanos han estado
anormalmente calientes estos últimos dos años: creemos que es el
principal factor que hay que tener en cuenta”, afirma el biólogo Drew
Harvell, que estudió el fenómeno desde Alaska a California.
Las causas y posibilidades ante un fenómeno crítico.
Los
científicos desconocen no obstante si el denso virus ha aumentado su
potencia y reproducción debido a las altas temperaturas marinas, o si
las mismas estrellas de mar han perdido su capacidad de resistencia ya
que son altamente susceptibles a las variaciones de temperatura, lo que
las podría haber expuesto más todavía a la patología en cuestión.
“Una
de las prioridades que debemos señalar, es que no entendemos en
absoluto cuál es la causa de esta enfermedad. Es muy difícil recoger los
datos que necesitamos a gran escala”, explica la bióloga Melissa Miner
de la Universidad de California, en Santa Cruz.
Los biólogos
agregan que el fenómeno además ha pasado casi inadvertido, en tanto como
las estrellas de mar no son comestibles ni tienen aplicaciones
industriales, nadie ha reclamado hasta ahora por su vertiginosa
desaparición.
Las
estrellas de mar, o asteroideas, comprenden a más de 1.800 variedades
registradas que tienen en común ser predadoras de cinco brazos, aunque
algunas especies tienen muchos más, y existen desde los mares tropicales
hasta el océano Ártico, habitando en profundidades que van desde la
costa bajo las piedras, hasta los 6.000 metros o más.
FUENTE: La Gran Época
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