La temporada de anidaje de tinglares en las playas de Puerto Rico ha comenzado oficialmente, con el registro de la primera llegada de una de estas tortugas marinas, las mayores del mundo, a las costas de la Reserva Natural Corredor Ecológico del Noreste (RNCEN) de la isla.
Así
lo anunció este domingo la secretaria del Departamento de Recursos
Naturales y Ambientales (DRNA) de Puerto Rico, Carmen Guerrero, quien
precisó en un comunicado que la tortuga anidó en una de las playas de
esta reserva natural durante la madrugada del jueves, 25 de febrero.
La temporada de anidaje de tinglares -un
animal
que desde 1970 está incluido en la lista de especies en peligro de
extinción- típicamente comienza a partir del mes de marzo, por lo que la
temporada de este año ha comenzado un poco más temprano de lo normal,
apuntó.
El año pasado el primer nido de tinglar también fue
registrado en febrero y se encontraba en la playa de Isla Verde, en la
zona metropolitana de San Juan.
Entre las costas de Puerto Rico,
las hembras de tinglar suelen elegir para el desove las playas de la
costa norte, dado que su mayor oleaje les facilita el acceso a la arena y
el posterior regreso al mar.
Cada año, este animal, altamente
migratorio, baja desde Canadá a zonas tropicales para reproducirse. Tras
depositar los huevos durante la temporada que abarca más o menos de
marzo a junio o julio, éstos suelen eclosionar en las playas de la zona
entre julio y septiembre.
El nido hallado esta semana fue marcado
para su protección y será custodiado por voluntarios del grupo
Tortuguero del CEN y miembros del Cuerpo de Vigilantes que colaboran
directamente con el oficial de manejo de la reserva natural, Ricardo
Colón, y la coordinadora de su proyecto de tortugas marinas, Rosaly
Ramos.
"Una de nuestras recién designadas áreas naturales
protegidas, la Reserva Natural del Corredor Ecológico del Noreste, con
su diversidad de hábitats y riqueza de recursos, se convierte este año
en el escenario del primer nido de tinglar en Puerto Rico", celebró este
domingo Guerrero en referencia a un área donde el año pasado se
registraron 353 nidos.
En su opinión, "estas manifestaciones de
la naturaleza inyectan una gran energía al personal de la agencia y a
las comunidades que no cesan en sus gestiones de proteger esta área
especial cuya protección a perpetuidad fue lograda en abril de 2013,
cuando el gobernador Alejandro García Padilla convirtió en ley su
designación como reserva natural".
Los meses con mayor actividad
de anidaje de esta tortuga marina, que puede llegar a medir más de dos
metros de largo y pesar hasta unos 635 kilos, son entre abril y junio,
cuando se activan todo tipo de grupos ambientalistas y voluntarios para
tratar de proteger los nidos.
"Debido a que ahora se inicia la
temporada de anidaje de tinglares en Puerto Rico, exhortamos a la
ciudadanía a mantener las playas limpias de basura y libres de
contaminación lumínica para asegurar procesos de anidaje exitosos",
reclamó la secretaria de Recursos Naturales.
Además, recordó que
todo aquel que detecte un nido o vea huellas en la arena del paso de una
de estas tortugas debe comunicarse de inmediato con el Centro de Mando
del Cuerpo de Vigilantes del DRNA y mantener una distancia significativa
de la tortuga para permitir que el proceso de anidaje no se vea
alterado.
El coordinador del Programa de Tortugas Marinas del
DRNA, Carlos Diez, detalló que en toda la isla el año 2015 culminó con
un total de mil 874 nidos, frente a los mil 386 del año 2013.
Los
tinglares tienen un comportamiento bienal, por lo que se comparan las
estadísticas entre años alternos. Este incremento del 35 % permitió que
durante el año pasado nacieran en la isla en torno a 77 mil crías de
tinglar, frente a las 67 mil de dos años antes.
"En Puerto Rico,
estamos listos y preparados para proteger y monitorear el proceso de
anidaje de estas tortugas marinas en peligro de extinción", defendió
Guerrero.
FUENTE: Informador