viernes, 11 de diciembre de 2015

El patógeno, parasita la piel del anfibio y provoca su muerte dos o tres semanas más tarde

Aunque el origen del hongo se sitúa en Asia, las primeras epidemias tuvieron lugar en los Países Bajos, desde donde el microorganismo se extendió a Bélgica, Alemania y Reino Unido.

Según alertan los investigadores, Norteamérica podría ser el próximo sitio de actuación del hongo; un área que alberga el 50% de las especies de salamandras del planeta. La solución: impedir la introducción de animales europeos para que la enfermedad no se extienda por el continente.

   Salamandra infectada con Bsal, visibles como pequeñas úlceras negras. (Frank Pasmans)

“La evidencia sugiere que estamos en un punto crítico para proteger la biodiversidad global de anfibios, estableciendo políticas para prevenir la expansión del hongo”, alertan los investigadores.

El patógeno parasita la piel de ranas y salamandras, un órgano especialmente sensible para unos animales que respiran por ella. Las úlceras son fácilmente visibles a simple vista, y causan la muerte en dos o tres semanas.

FUENTE: El Confidencial

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