miércoles, 16 de marzo de 2016

El esturión hallado en aguas asturianas pertenece a una especie extremadamente inusual en Europa

  El ejemplar capturado era una hembra de más de dos metros y 120 kilos de peso.

El estudio del ejemplar de esturión capturado de forma accidental en aguas asturianas en noviembre de 2010 revela que se trata de una especie prácticamente inexistente en Europa. El pez –una hembra de más de dos metros y 120 kilogramos de peso– nadaba en solitario y su procedencia se desconoce. Los expertos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que han analizado al animal no descartan que provenga de las costas atlánticas de América del Norte y piden que se catalogue como especie en peligro.

El esturión que quedó atrapado en las redes de unos pescadores en aguas asturianas en noviembre de 2010 pertenece a la especie Acipenser oxyrinchus, prácticamente desaparecida en Europa. Así lo revela el estudio genético y morfológico del animal que han dirigido investigadores de la UCM y que se publica ahora en la revista PLOS ONE.

Las capacidades natatorias de la especie Acipenser oxyrinchus son muy grandes.

Los expertos desconocen de dónde procede el esturión. Existen numerosos ejemplares de esta especie en las costas atlánticas de América del Norte, por lo que los científicos no descartan que el ejemplar pudiera llegar a las costas asturianas desde allí, tras un largo viaje. “Aunque parezca sorprendente, las capacidades natatorias de la especie son muy grandes”, asegura Benigno Elvira, investigador del departamento de Zoología y Antropología Física de la UCM y autor principal del estudio, en el que también participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

Hay precedentes de otros ejemplares que migraron desde América del Norte hasta el Báltico, hace entre 1.200 y 800 años, y también se tienen registros de otros peces marcados capaces de recorrer grandes distancias, de hasta miles de kilómetros.

El esturión era una hembra de 120 kilógramos de peso y dos metros y medio de longitud. Fue pescada de forma accidental a ocho metros de profundidad, cerca de la playa de San Lorenzo de Gijón. Los resultados de la necropsia revelaron que murió como consecuencia de la captura por los pescadores. Fruto de esta acción, su cuerpo estaba lleno de marcas de las redes y cuerdas utilizadas. El ejemplar se conserva actualmente en el Centro de Experimentación Pesquera de Asturias, en Gijón.


FUENTE: rtve

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